lunes, 23 de enero de 2012

A dos manos. Una historia entre dos


Las investigaciones en genealogía constituyen una tarea fascinante, no sólo por la satisfacción de saber quiénes nos abrieron un espacio en esta vida, sino por la cantidad de anécdotas y curiosidades que vamos encontrando. Por lo demás, obliga a aplicar una metodología muy precisa, a veces guiada por el sentido común, pero siempre orientada por las normas que rigen esta área del conocimiento. Se hace necesario, también, el acercamiento a la historia, la literatura, la geografía, la medicina, la organización de las instituciones públicas, los organismos de carácter internacional, el conocimiento de otras lenguas y, por supuesto, las nuevas herramientas de comunicación y el manejo de internet.

Sin embargo, la fuente primaria más valiosa es la familia, algunos son recelosos, otros están dispuestos a ofrecer todo lo que saben. En este aspecto, es necesario tener la mayor prudencia, pues hay hechos o situaciones que pueden resultar embarazosos o incómodos para algunos.

Esta investigación ha ido tomando forma gracias a la invalorable ayuda de mucha gente amiga y de las familias involucradas;  particularmente, debo mencionar  la otra mano en esta historia: mi prima Zulay Pérez, quien todo lo sabe y todo lo recuerda. Sin sus relatos y anécdotas este rompecabezas  no hubiera adquirido forma.
























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